Mantenimiento y cuidado del la lavadora

Las lavadoras son esos electrodomésticos que más usamos en casa pero que menos atención le prestamos. Olor en la ropa después del lavado, depósitos de cal en la lavadora, desgaste excesivo en la ropa, tapones en los desagües,…suelen ser los típicos problemas que aparecen al paso del tiempo en una lavadora mal cuidada. Para evitarlo debemos darles unos cuidados muy fáciles que ayudarán a que la lavadora funcione como el primer día.

En primer lugar, la elección del sitio donde se instalará la lavadora es muy importante. Debe estar en un ambiente poco húmedo. La humedad puede dañar diversas piezas mecánicas y electrónicas del electrodoméstico. Lo mejor es colocarla en un lugar seco y aireado.

Debes fijar bien la lavadora. Lo mejor opción es aislar el suelo con laminas de madera o goma que limitarán las vibraciones de la máquina en el momento del centrifugado,(evitar tarimas con movimiento) cuidando así los amortiguadores y los rodamientos de la máquina.

Limpiar regularmente los depósitos del detergente, para evitar la acumulación de detergente que podrían crear tapones.

Las lavadoras tienen dos filtros. El primero filtra al agua que entra, de modo de impedir el ingreso de impurezas. El segundo, normalmente en la parte frontal del equipo, filtra el lavado. Ambos deben ser revisados periódicamente y lavados.

Para desincrustar las cañerías y los desagües de la lavadora, recomiendan hacer un lavado a más de 60°C con un litro de vinagre de alcohol que echaremos directamente en el tambor. Realizaremos también esta operación cuando el tambor gire con dificultad.

El desagüe de la lavadora debe limpiarse uno o dos veces al año para poder eliminar posibles residuos  que se hayan depositado allí. Éstos depósitos pueden ser los responsables de malos olores en la ropa.

Para terminar, evita dejar el tambor y la tapa cerradas, sobretodo después de cada lavado, esto permite que las juntas se sequen y se deterioren más rápidamente. Además, evitaremos la formación de malos olores.

Ante cualquier otra  duda, consulte con un técnico especializado.

Ideas para reformar nuestros muebles

En ocasiones, tenemos muebles, que por razones ajenas, queremos conservarlo o estan empotrados y desmontarlos es una tarea complicada. Para ello os damos unas ideas para restaurar y renovar tus muebles a tu gusto.

– Pintar: uno de los problemas principales de los muebles es su color. Un tono que no dice nada o que choca totalmente con la estética de nuestra habitación es muy fácil de cambiar. Lo único que tenemos que hacer es lijar toda la parte que queramos pintar y aplicar una capa de imprimación, para que se fije bien la pintura. Cuando esté seco lo pintamos con pintura satinada especial para madera y le damos una segunda capa para que no queden imperfecciones. Debemos hacerlo con rodillo para que quede más homogéneo.

– Pegatinas de vinilosi el color de nuestro armario no está mal y sólo queremos aportarle algún detallito para que cambie un poco, podemos decorarlo con pegatinas de vinilo. Si las compramos autoadhesivas solamente tendremos que pegarlas al armario, muy sencillo.

– Decorar con tela: si el mueble tiene molduras, podemos quitar la madera que se encuentra entre la moldura y poner la tela que más nos guste, incluso un visillo.

– Empapelar: en el caso de que hayamos decorado nuestra habitación con papel pintado, podemos darle un toque a nuestros muebles. Sin recargar mucho el ambiente tenemos la posibilidad de utilizar algún sobrante del papel para encolarlo al armario. Debemos aplicar cola específica para empapelar, poner la lámina de papel y alisarlo bien para que no queden burbujas. Conseguiremos un armario muy original y acorde a la estética de nuestra habitación.

Cambiar las puertas: en el caso de un armario, podemos cambiar las puertas, en algunos centros de decoración venden puertas sueltas para los armarios. Debemos encontrar alguna que nos guste y además se ajuste a la medida de nuestro mueble o armario

Cambiar los tiradores: son pequeños detalles pero pueden cambiar el aspecto de nuestros muebles totalmente.

Purgar los radiadores de nuestra casa

Purgar los radiadores de nuestra calefacción  mejora el rendimiento de la calefacción y reducir el consumo de energía

 

El purgado de los radiadores es un trabajo  muy fácil y ayuda a mejorar el rendimiento del sistema de nuestra calefacción. Se debe realizar en todos los radiadores y su finalidad es sacar el aire que se acumula en el interior de los radiadores. Si no se hace, se interrumpe la circulación del combustible y el radiador no calienta de manera homogénea.

 

Cuando necesitamos realizar un purgado manual, es necesario girarlo con un destornillador y colocar debajo un recipiente para recoger el agua que cae una vez que se ha escapado todo el aire.  El secreto es abrir poco el purgador y de manera muy lenta, con un ligero movimiento de la válvula de purgado es suficiente, si se gira demasiado, podría escaparse el agua a chorros.

Respecto al purgador automático  el aire se expulsa por sí mismo, se emplea especialmente en radiadores de aluminio, ya que en estos se genera habitualmente una mayor cantidad de aire durante el proceso de descomposición del agua, en el que pierde oxígeno. Resulta muy cómodo porque no hay que estar pendientes del purgado y, al asegurar la expulsión del aire sobrante de manera automática, los radiadores funcionan siempre correctamente. Aunque tampoco conviene descuidarse.

En el caso de que una vivienda tenga varias plantas,  el purgado se debe comenzar por los pisos más altos. Si durante el proceso de purgado, sale continuamente aire y poco agua, hay que poner en marcha el sistema de calefacción antes de seguir purgando, para que los radiadores cojan de nuevo agua.

Cuando la vivienda se distribuye en una única planta, conviene empezar el purgado por los radiadores que están más cerca de la caldera.

Una vez que se concluye este proceso, el ambiente vuelve a calentarse de manera uniforme. Otra prueba de que el purgado se ha realizado correctamente es comprobar la presión (un 1 bar).

 

Fuente original: http://www.consumer.es/web/es/bricolaje/albanileria_y_fontaneria/2007/11/09/63175.php

Cambiar picaporte de una puerta

Manilla con placa
Retiramos los tornillos de sujeción de la placa y prodecemos a desmontar la manilla.

 

 

Manilla con roseta

Con un destornillador de punta plana y apoyado sobre una cuña de madera, hacemos palanca por la hendidura y retiramos el embellecedor (por ambos lados de la puerta).

Retiramos los tornillos de sujeción con un destornillador (2 por cada lado).

Con una llave allen, aflojamos el tornillo hasta liberar la manilla del cuadradillo y ya podemos extraer la manilla.

Pomo

Utilizamos un destornillador para presionar sobre la pieza que sobresale del eje del pomo y tiramos a la vez del pomo. A continuación retiramos el escudo

Retiramos los tornillos de sujección con un destornillador (por cada lado) y ya podemos desmontar el pomo.

Consejos para mantener perfecta tu Vitroceramica

Los consejos que os cito a continuación, son perfectos para limpiar y mantener vuestra vitrocerámica en perfecto estado. Si tienes manchas resecas, no te desanimes porque tenemos una solución perfecta para ti.

La limpieza de la placa vitrocerámica se debe realizar siempre en frío, aplicando agua y un limpiador jabonoso aplicado con paño de microfibra o estropajo suave. Hay que tener cuidado al escoger estos últimos, asegurándonos que no rayen la superficie; para estar bien seguros, escogeremos siempre estropajos de fibras azules.

Si aún así, no consigue eliminar la suciedad, sigue paso a paso los siguientes consejos que te ofrecemos. Pero no nos confiemos, ya que la mejor manera de mantener la placa en perfectas condiciones debes de limpiarla regularmente, sobretodo después de utilizarla.

Primer Paso

Aplica un poco de limpiador común de superficies para vitrocerámica, disponible en supermercados, y déjelo actuar por 10 minutos, ahora utilice una toalla seca de papel de cocina para retirar el limpiador de la superficie.

Segundo Paso

Para quitar las manchas más difíciles de vertidos y residuos quemados, aplique directamente desengrasante sobre las manchas, si viene en espray, utilice un algodón para aplicar e impregnar directamente sobre la marca por ejemplo de aceite quemado que se ha vuelto a quemar.

Déjelo actuar un par de minutos y retírelo con la parte rugosa de una esponja lavavajilla de doble cara, si lo anterior no es suficiente efectúe el paso siguiente.

Tercer Paso

Comience utilizando el raspador que trae del fabricante, si no lo tiene puede usar una hoja de afeitar y con la vitrocerámica mojada (nunca usar en seco), deslizar la cuchilla lo mas “a ras” de la superficie como pueda, nunca utilizando las esquinas o filos de la cuchilla, de lo contrario causará rayones en la superficie. Finalmente, vuelves al primer consejo.